Lo cierto es que sobran razones para pensar que la tan estigmatizada, incomprendida y temida competencia no es tan mala como la pintan.
Ausencia de competencia
A muchos les parecería un sueño hecho realidad iniciar un negocio en un lugar donde no exista competencia de ningún tipo, pero lo cierto es que la ausencia de competencia puede ser un mal indicio, desde un sector poco rentable hasta problemas de seguridad. Dicho de una forma simple si no hay competencia puede que tampoco haya dinero.
Ayuda a consolidar nuestra propia identidad
Puede ser un factor de motivación para "obligarnos" a desarrollar constantemente mecanismos que nos otorguen una identidad propia, para distanciarse y diferenciarse de esta lo mas que se pueda.
Indicador en tiempo real
Puede sernos de gran utilidad como indicadores de diversas tendencias y problemáticas que afecten al sector.
Vitamina para mejorar
El conocer que tenemos competencia nos obliga a prepararnos constantemente para no dar pasos en falso, es decir nos obliga a ser mas prudentes y a hacer las cosas de la mejor manera posible para no cometer errores que puedan ser aprovechados por la competencia.
Aprender un poco mas
La frase: "se aprende mas de nuestros errores que de nuestros aciertos", al adaptarla a los negocios debería ser: "se aprende mas de nuestros errores y de nuestra competencia que de nuestros aciertos". Se puede aprender de los errores de la competencia ahorrándonos cometer los nuestros.
Viéndolo desde una óptica diferente tener competencia puede representar muchos beneficios para un negocio por muchas razones, obsesionarse con la competencia como algunos "sesudos" escritores, puede ser realmente contraproducente. Echando un breve vistazo a los pequeños negocios con cierto nivel de informalidad como los puestos en las plazas de mercado, es muy fácil darse cuenta que allí la competencia mas que un enemigo es un aliado. Lo que me hace pensar que una dosis de competencia es necesaria para mantener saludable un sector del mercado.
